lunes, 31 de octubre de 2011

Jean-Baptiste Chabert

En 1689, el constructor de galeras francés Jean-Baptiste Chabert, propuso al rey su idea de construir un barco que pudiese navegar por debajo del agua, basado en los mismos principios que el submarino de Giovanni Alfonso Borelli de 1680.
La finalidad del submarino era la guerra, atacando las naves enemigas perforando el casco, cortando las amarras o transportar mensajes secretos sin ser vistos.
Estaba diseñado enteramente en madera, con forma de ballena y lastrado con piezas de plomo; impulsado por dos remos y dirigido por un timonel que maniobraba un timón en forma de cola del pez ayudado por una brújula. El sistema para controlar la profundidad,  se conseguía con una serie de odres de cuero repartidos por el interior del casco y comunicados con el exterior, estos se llenaban de agua para sumergirse o vaciaban para subir a la superficie, retorciéndolos con una especie de torniquetes.
En los costados del barco habían mirillas de cristal para ver el exterior y dos agujeros con manguitos de cuero para sacar los brazos. Un tripulante manipulaba un juego de herramientas situadas en el exterior y colocadas en soportes.
La aireación era a través de un tubo de cobre hasta la superficie. Durante un supuesto ataque, este se podía plegar para pasar totalmente inadvertido.

Submarino de Jean-Baptiste Chabert


viernes, 28 de octubre de 2011

Pedro Juan de Lastanosa

El matemático, cartógrafo e ingeniero español Pedro Juan de Lastanosa, nacido cerca de Monzón, Huesca es otro genio desconocido del Renacimiento español.
Campana

Estudió en las universidades de Huesca, Alcalá, Salamanca, París y Lovaina. En 1553, en Bruselas, junto con Jerónimo Girava, tradujo al castellano Los dos libros de Geometría práctica, de Oroncio Fineo. Posteriormente, en 1559 se traslada a Italia al servicio del virrey de Nápoles.
En 1563 volvió a España, trabajando al servicio de Felipe II en importantes obras como el Alcázar de Madrid, el Canal Imperial de Aragón y otras obras hidráulicas.

Entre 1564 y 1575 escribió un manuscrito titulado Los veintiún libros de los ingenios y de las máquinas. Este tratado se considera uno de los trabajos más importantes y el primero en castellano sobre obras hidráulicas. Originalmente, el manuscrito era un único volumen de 483 páginas y que al parece Juan Gómez de Mora en el siglo XVII, pensando en su publicación, lo distribuyó en los cinco volúmenes actuales. Por alguna extraña circunstancia se atribuyó la autoría del libro al italiano y mecánico de Carlos V y Felipe II Giovanni Torriani, conocido en España como Juanelo Turriano.
En la obra aparecen toda clase de obras hidráulicas, instrumentos, grúas y máquinas para facilitar el trabajo.
En uno de los capítulos describe una campana submarina y varios útiles para iluminar el fondo. 

La primera campana, parecida a la de Niccolo Fontana de 1551 se describía así:

Bola de cerámica
A - Bola de vidrio de al menos tres palmos de diámetro
B, D y E - Armadura o bastidor de madera
C - Abertura para meter la cabeza el buzo
G - Plancha de plomo de al menos un quintal de peso
H - Flotadores de corcho para aligerar el peso
I - Bola de plomo de al menos una arroba de peso
K - Maneta del torno
L - Torno para enrollar el cordel y regular la profundidad

La bola de vidrio podría ser sustituida por otra de cerámica, parecida a las que se utilizaban en la época para transportar vino. En tal caso se tendrían que practicar unos orificios redondos y acoplar vidrios para ver el exterior.
Un soporte de madera facilitaría el transporte de la bola y evitar que se rompiese. 

Una variante de la primera campana sería un barril que su inventor calificaba de casas movibles, y que ellas son moradas de mar en que habitan los hombres dentro las aguas del mar y en ellas hacen sus ejercicios...
...que el hombre que entrare dentro deste artificio que pueda comer y beber y aun tener lumbre dentro...
Barril de madera

G - Barril de madera
H - Ventanillas con vidrios
I - Base de plomo
K - Orificio de entrada al barril
L - Calabazas para aligerar el peso
M- Banqueta o asiento del buzo
N - Torno para enrollar el cordel
O - Bola de plomo unida al cordel


jueves, 27 de octubre de 2011

Alejandro Durant

En un documento procedente del Archivo General de Indias (Sevilla) datado en 1720, se describe una rudimentaria escafandra para el buceo. El invento se atribuye a Alejandro Durant, barón de Marzabrat.
En el informe, realizado a plumilla y redactado en un tosco castellano se puede leer:
Maquina Hidroandrica o vestidura para cubrirse un hombre dentro del agua.
Este es el vestido o aforro exterior que se ponen sobre toda la armazon de caperusa armador y calsones de fierro ynteriores.
1720-Escafandra de Alejandro Durant
Con esta Maquina entra el buso al fondo del mar en doze y mas brasas ayudado de un contrapeso que le forman unas taleguillas pendientes de un mechon que se una a la sintura las qles van llenas de plomo en competente peso para que pueda ir a fondo el buso; el qual contrapeso se suelta qdo se quiere.
Las partes de que se compone el equipo están descritas así:
A- el Cuerpo
B- La trompa o abertura de cuerro que sirba para que respira mientras se biste el hombre la qual se sierra despues de vestido.
C, D- Tubos o cañones flexibles para la respiración.
E- Fuelles con que se arroja el ayre por uno de los cañones el qual sale por el otro y mantiene la respiracion con la continua ventilación que necesita.
F- Antojeras formadas de vidros para la vista del buso.
G- Bordon con dos puntas de fierro en los dos extremos - asi como afirmarse como para defenderse de las fieras marinas.

Orígenes del buceo


Reflejo de buceo en los bebés
Se podría afirmar que los orígenes del buceo son tan antiguos como la propia humanidad. Varios motivos impulsaron a aquellos primeros hombres a sumergirse en un medio que les era hostil. Búsqueda de alimentos, recogida de materiales para fabricar utensilios, recuperación de tesoros y objetos de valor, acciones bélicas o simplemente la curiosidad de explorar otros mundos habitados por extrañas formas de vida.
Un último motivo quizás tenga algo que ver con los orígenes de la vida en nuestro planeta. De sobras son conocidas las modernas opiniones, de que toda forma de vida tuvo su origen en el mar.
De una forma más científica es curioso observar que los compuestos mayoritarios de la sangre, sodio, potasio y calcio tienen una proporción muy similar a la del agua del mar.
Tampoco hay que olvidar que el feto humano se desarrolla precisamente en un medio acuoso, buceando en el líquido amniótico, y que el reflejo de buceo se mantiene durante meses después de nacer. Quizás una llamada ancestral acumulada durante millones de años.